Todo esto, según Rosa Helena Gómez y Claudis Sandoval de Restrepo, firmantes de los derechos de petición que fueron radicados en los despachos de los secretarios de Seguridad Ciudadana, Planeación Municipal y Gobierno se viene dando desde el año pasado “con el consentimiento de la misma policía responsable de la vigilancia en ambas zonas rosas”.
Afirman los voceros de los vecindarios afectados que pese a que los hechos delictivos son del conocimiento de las autoridades desde el año pasado, a la fecha no se han producido los correctivos.
En el listado de delitos se enumeran la venta y consumo de estupefacientes, lo cual es pan de cada día en la plazoleta de Telecom y en el Parque Amelia.
“El tráfico de sustancias sicoactivas se cumple incluso en el interior de las discotecas sin ningún control”, hasta donde se camuflan los jíbaros y cumplen con el comercio sin ninguna resistencia, se lee en los derechos de petición.
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Pero como si lo anterior fuera poco, en algunas discotecas del Centro Comercial Bolívar “se tiene comprobado que permiten el ingreso de menores de edad e, incluso, también se estaría promoviendo la explotación sexual de menores de edad”, denunciaron Gómez y Sandoval.
Otros delitos que se denuncia por los vecinos afectados es el ingreso de hombres armados a las discotecas sin ningún control de las autoridades, así como la subasta de chicas que se promocionan por redes sociales.
“Esperamos que este mensaje de alerta que enviamos sea atendido por nuestro alcalde Jorge Acevedo y por nuestro secretario de seguridad Diego Villamizar”, expresaron las firmantes de los derechos de petición.
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Algunos vecinos del Centro Comercial Bolívar le solicitaron al nuevo comandante de la Policía Metropolitana, coronel, William Quintero Salazar, que de igual manera intervenga a los cuadrantes de Policías responsables de la vigilancia en ambas zonas rosas, “dado que no se estaría dando cumplimiento al decreto expedido por la Alcaldía en cuanto a horario y convivencia en los lugares de la rumba ni tampoco el que prohíbe el porte de armas de fuego, dadas las denuncias del ingreso de hombres armados a las discotecas”.
Lo que más preocupa tanto en el Centro Comercial Bolívar como en algunas discotecas en alrededores del Hotel Tonchalá es la presencia de menores de edad, “algo prohibido pero consentido por las autoridades”, denunciaron los vecinos afectados.