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Qué hay detrás de la granada lanzada a una casa en el barrio Camilo Daza, de Cúcuta
El atentado iba contra un desmovilizado del Ejército de Liberación Nacional (Eln).
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Viernes, 26 de Abril de 2024

El fuerte estruendo que se escuchó el pasado miércoles, a las 10:30 de la noche, en el barrio Camilo Daza, atemorizó a todos los residentes de la calle 46 con avenida 9, quienes no pudieron conciliar el sueño después del ataque.

“Eso sonó durísimo, el susto que nos pegamos fue bastante, no sabíamos lo que estaba pasando porque hace muchos años no vivíamos algo así”, comentó un residente del sector.

A esa hora, dos hombres vestidos de negro, habrían llegado hasta una de las viviendas y arrojaron una granada al porche, luego huyeron hacia el barrio 5 de Mayo.

“Afortunadamente fueron daños materiales. Se les dañó una parte del techo, mesas, sillas, algunas latas de la moto, los vidrios de la casa se rompieron y los de algunos vecinos también”, añadió el hombre.

Algunas unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se encontraban realizando patrullajes cerca del lugar y al escuchar la detonación del explosivo, llegaron hasta el sitio para ponerse al frente del caso. Pero nuevamente el ‘Plan Candado’ no les funcionó, porque los responsables no dejaron rastro alguno.


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¿Para quién iba el ataque?

 

En la vivienda se encontraba Jerson Andrei Sanguino Avendaño, de 32 años, un desmovilizado del Ejército de Liberación Nacional (Eln), quien fue uno de los testigos clave de la Fiscalía. El hombre estaba acompañado de su escolta y su compañera sentimental.

“Nosotros ya estábamos durmiendo cuando pasó lo del atentado. El escolta mío alcanzó a asomarse por la ventana y vio a los tipos. Él alcanzó a reaccionar y disparó dos veces, pero era difícil porque todo estaba con candado, además que fue el que recibió el impacto y quedó aturdido”, relató Sanguino Avendaño.

El hombre aseguró que no es la primera vez que ha sido víctima de estos ataques, el más reciente fue el pasado 1 de diciembre, cuando fue secuestrado junto con su esquema de protección en el corregimiento de Campo Dos, de Tibú.

“A mí me toca estar escondiéndome todo el tiempo, cambiando de casa, viajando, de un lado a otro, porque yo no estoy seguro en ningún lado”, añadió.


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Sanguino Avendaño es oriundo de San Calixto y reside en Marmato (Caldas), sin embargo, no tiene un lugar fijo. El 19 de abril llegó a Cúcuta, estuvo dos días y luego viajó a Ocaña a visitar a algunos familiares.

“Yo llegué a la ciudad nuevamente el martes, solamente pasó un día, porque el miércoles fue que pasó esto”, dijo el hombre.

Asimismo, reclamó que ha venido siendo víctima de una persecución, pues el año pasado denunció algunas situaciones que -según él- desaparecieron del sistema de la Fiscalía. Además, en enero, su esquema de protección fue reducido y cuenta con un solo escolta.

 

Comité de seguimiento

 

En diálogo con Luis Fernando Niño, Consejero de Paz de Norte de Santander, se conoció que el próximo 30 de abril, la Gobernación liderará un comité de seguimiento a los desmovilizados de los diferentes grupos armados.

“Allí analizaremos qué ha pasado con ellos después de dejar las armas. Abordaremos temas como la reincorporación a la vida civil, los proyectos productivos y la seguridad”, comentó Niño.


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