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Se nos fue noviembre
Otras cosas buenas también se dicen de este mes. En sus comienzos se celebra el día de Todos los Santos.
Lunes, 28 de Noviembre de 2016

De noviembre se dicen muchas cosas buenas y malas. Que es el mes de las moscas, dicen en el campo. La verdad es que todo el año puede haber moscas, dependiendo de la suciedad (o sociedad) en que se viva. Que es el mes de los muertos, pero la gente se muere durante todo el año. Que es el mes de las ánimas, porque la Iglesia dedicó un día para honrarlas en los cementerios y en las iglesias. Los que creemos que hay otra vida en el otro mundo, sabemos que ellas, las ánimas, están vivas, o en el cielo o en la paila gocha. Lo cierto es que este día les va bien porque les llueven responsos y les llegan flores a sus tumbas, lo que quiere decir que a los vendedores de flores les va mejor, y a los curas que todavía cobran por sus misereres.
   
Otras cosas buenas también se dicen de este mes. En sus comienzos se celebra el día de Todos los Santos, y entonces uno sabe que en la patria celestial ese día hay pachanga, de la sana, y comilona, de la que no engorda ni produce colesterol del malo. Santos que uno no conoce como santa Dorotea y san Anastasio y san Nefronio  se reivindican en este día.
   
En noviembre es el día de santa Cecilia, patrona de los músicos. Las papayeras (que casi todas se llaman Santa Cecilia), las orquestas y los serenateros echan la rumba por la ventana y a gozar se dijo. A quienes cumplimos años ese día, nos fue bien con canciones y tocatas.
   
Noviembre ha estado mojado por las lluvias que comienzan, pero el sol tampoco se da por vencido y sigue haciendo calores machos.
   
Noviembre es el mes de los grados. Los muchachos, felices con su diploma de bachiller e ilusionados con su futuro, armaron la fiesta y enculebraron a sus papás.
   
En política sí estuvo movido este mes. Por un lado, el enfrentamiento entre los del No y los del Sí, que sabemos. Los unos no saben qué hacer con el triunfo. Y los otros no se resignan a su derrota. Timochenko, ahora convertido en líder patriótico, ya habla de coalición. Y entonces uno piensa en posibles candidatos de esa mezcolanza. ¿Será mujer? ¿Será varón? ¿Usará turbante o guayabera?
   
El mes siguió movido a causa de la reforma tributaria, en la que anda empeñado el gobierno para reponer la mermelada derramada. Ni los mismos amigos del presidente se quieren comprometer en el alza del costo de la vida, y le están haciendo pistola en el Congreso.
   
Y por si fuera poco, al presidente Santos se le acaba de morir su amigote  Fidel. Dicen que su amistad viene desde bien atrás. Fidel –hay que reconocerlo- se le enfrentó a Goliath con cauchera y misiles soviéticos, pero cometió el error de creer que la revolución cubana podría calcarse en estos países. Se le acabó el papel carbón y le salió el tiro por la culata.
   
Así, en ires y venires, se nos acabó este mes y estamos a 24 horas de diciembre. Ya hay pesebres, villancicos y burritos sabaneros. Ya huele a hayacas navideñas. Y ya están listas las velitas del siete, y listos los voladores del 31. El bolsillo es el que todavía no se alegra de que termine noviembre. Sabe que le sigue un mes para cuyos gastos ninguna billetera alcanza. Pero cuando toca, toca.

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