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Una biblioteca para 10 barrios de Juan Atalaya

Este lugar del Centro Piloto Camilo Daza nació con el empuje de la comunidad scalabriniana y la cooperación alemana.

A las 7 am empieza la labor de Ana Dolores Acevedo en la biblioteca del Centro Piloto Camilo Daza. Mientras sacan un par de pupitres viejos, llegan los primeros niños.

Unos vienen para que les ayude a resolver una tarea de español o para que les explique un ejercicio matemático, y otros, simplemente vienen a leer un cuento mientras es la hora de ir a clase.

Con la paciencia que solo una docente puede tener, los atiende uno a uno, y los orienta, mientras arregla las estanterías y limpia libros.

Lleva 9 años en esta labor, y aunque hace más de una década dejó de dictar clases en la zona rural de Cúcuta, sus nuevos pupilos la siguen llamando profe.

“Cuando los scalabrinianos abrieron esta biblioteca me ofrecieron el puesto y no dudé en aceptarlo. Vivía en el barrio Buenos Aires y veía como los papás tenían que luchar para ayudar a sus hijos en las tareas, pues no tenían libros y por acá no habían bibliotecas”, explicó.

Hoy, gracias  al empuje de la comunidad scalabriniana y el padrinazgo de la cooperación alemana, la biblioteca tiene unos 5 mil títulos, la mayoría de ellos donados por particulares.

En esta pequeña biblioteca, incrustada en la comuna 7, y a la que llegan niños y adultos de Camilo Daza, La Ermita, Buenos Aires, La Conquista, Crispín Durán, Juan Baustista Scalabrini, Simón Bolívar, Caño Limón, Toledo Plata y Paz y Progreso, se pueden encontrar  enciclopedias, textos escolares y todo tipo de literatura, desde  La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, pasando por manuales de photoshop, cuentos infantiles, Ensayos Costeños de 1770-1980, hasta Cincuenta Sombras Liberadas, de E. L. Jones.

“El libro más antiguo es uno de historia de Norte de Santander editado en 1940, y los que más leen los niños son cuentos tradicionales como Caperucita Roja y Blancanieves”, indicó.

Aunque la biblioteca no tiene computadores, Acevedo se las ingenia para encontrar en el menor tiempo posible, al estilo Google, las consultas de los estudiantes, quienes en ocasiones llegan a buscar tareas acompañados de sus padres. Mientras los niños resuelven la tarea, Acevedo le recomienda a los padres algún título para que lean.

Kimberly Bermúdez, 10 años, lleva un año consultando en la biblioteca del centro piloto.  Una profesora de su colegio le recomendó ir, ya que estaba cansada de que sus estudiantes llegaran sin las tareas a clase. Muchos lo hacían porque no tenían material bibliográfico para consultar, o porque sus padres trabajaban todo el día y no tenían quien los asesorara para hacer las actividades escolares.

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Miércoles, 8 de Febrero de 2017
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