Un mes después de ocurrido un deslizamiento de tierra en el barrio Virgilio Barco, en el norte de Cúcuta, que afectó una docena de viviendas, la Oficina de Gestión del Riesgo del municipio aún no se decide a ir al lugar.
El 13 de enero pasado, Oscar Uribe Jaimes, un vecino del lugar, le solicitó por escrito al director del despacho oficial, Félix Muñoz, que se adelantara un estudio técnico de la zona donde ocurrió el deslizamiento, con el fin de determinar la magnitud de la falla y de esta manera conocer si se hace necesario la reubicación de las familias afectadas.
El deslizamiento del talud afectó de manera grave dos viviendas y otras diez corren la misma suerte si no se implementan trabajos de contención a la mayor brevedad, dijo Uribe.
El vocero de las familias afectadas denunció que por sus propios medios han tenido que controlar la emergencia, sin embargo, dijo, es competencia de la oficina de Gestión del Riesgo dar las soluciones, “porque para eso les están pagando”.
Agregó que la solicitud que le hicieron a esta oficina tiene carácter de urgente, sin embargo, en la respuesta que rindió un funcionario de la entidad, identificado como Carlos Julio Cáceres, resulta ser todo lo contrario, lo cual exacerbó los ánimos de la comunidad.
“Teniendo en cuenta el cúmulo de peticiones que se reciben a diario en esta oficina y a la escasez de personal, no podemos dar respuesta inmediata”, señala un aparte de la respuesta que Gestión del Riesgo le dio a la comunidad de Virgilio Barco.
“Lo que está esperando Gestión del Riesgo es que la montaña se venga encima de las casas y que hayan por lo menos 20 muertos, para de esta manera decidirse a cumplir con su deber”, cuestionó Uribe.
