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¿Ganó Ramiro Suárez un nuevo pulso en el Concejo de Cúcuta?

Fueron aplazados los controles políticos a los secretarios de la Alcaldía, lo que sería un victoria del exmandatario.

La armonía con que comenzó el año el Concejo de Cúcuta se ha ido desvaneciendo poco a poco, al punto que en los últimos días la tensión pasó a ser la protagonista, dejando en evidencia nuevamente las divisiones en  la corporación.

La razón: el aplazamiento de los controles políticos a los secretarios de la Alcaldía.

Si bien esta es una figura legal que deben cumplir los concejos para “garantizar un óptimo desarrollo de las funciones de las administraciones territoriales”, los integrantes del cabildo se han enfrascado en un verdadero pulso que, todo parece indicar, terminó ganando  otra vez el exalcalde Ramiro Suárez Corzo, quien pese a estar preso en Bogotá, sigue teniendo una fuerte influencia en la ciudad.

Según conoció La Opinión, la puja empezó a comienzos de este mes, luego de que la plenaria de la corporación le otorgara facultades a la mesa directiva, encabezada por el concejal Nelson Ovalles (de Opción Ciudadana), para que diseñara un esquema de fechas para las citaciones de los funcionarios.

Los primeros secretarios en ser convocados al cabildo fueron los de Tránsito y Hacienda. Sin embargo, el primero de ellos solicitó una prórroga, con el argumento de que no contaba aún con el estudio que iba a fundamentar la medida de Pico y Placa, razón por la cual fue aceptada su solicitud de aplazamiento.

Siguiendo esta misma línea y amparado en el derecho a la igualdad, el mismo beneficio se le concedió al secretario de Hacienda.

En vista de ello, el concejal del Partido de la U, Miguel Ángel Flórez, decidió presentar una proposición solicitando el aplazamiento de los controles para abril, pero esta fue rechazada por las mayorías.

Esto desencadenó el malestar de algunos cabildantes, al punto que uno de ellos, el representante de la Alianza Verde, Oswaldo Rincón, puso a circular un mensaje en el que advertía que los controles políticos se estaban exigiendo como medios de extorsión a los secretarios, lo cual generó el rechazo de varios de sus compañeros.

Días después, Rincón se disculpó por sus palabras, ante las recriminaciones que recibió de parte de su compañero Ricardo Marthey.

La proposición no murió

Pese a la primera negativa, la proposición de Flórez no murió en el intento, pues el martes, por solicitud de la mesa directiva, fue puesta a consideración de la plenaria y con el respaldo de 10 concejales logró salir adelante, aprobándose así el aplazamiento de los controles.

Esta decisión estuvo precedida de una fuerte discusión en la plenaria en la que no faltaron los insultos y las fuertes recriminaciones entre los dirigentes. 

Al final, el grupo que lideran Ovalles, Guillermo León Báez, Carlos Camero, y que apoyan Miguel Ángel Flórez, Juan Felipe Corzo y Oscar Angarita, lograron el respaldo de sus compañeros Nelson Parada, Oswaldo Rincón,  Juan Carlos Capacho y Yilmar Gerardino, ganándole así la puja a quienes eran partidarios de que se mantuvieran las fechas que inicialmente se proyectaron.

Y mientras que el presidente de la corporación asegura que no se opone a las citaciones de los secretarios de despacho, pero que prefiere que se entreguen informes completos y no a medias, por lo cual es mejor darles espacio a los funcionarios, otros concejales consideran que es inconveniente aplazar los controles, además porque las sesiones concluyen en abril y no alcanzaría el tiempo para escucharlos a todos.

Para Bachir Mirep, del Partido Liberal, con este tipo de decisiones se puede enviar un mensaje equivocado a la ciudadanía y los secretarios pueden perder el respeto por la institucionalidad.

“Todos los concejales queremos trabajar por el bien de la ciudad con el alcalde, pero no puede perderse el norte que es que el Concejo rinda y se le comunique a la ciudadanía los resultados de cada secretaría, por el hecho de ser amigos o aliados del alcalde”, consideró.

Su compañero de partido, Ricardo Marthey, quien es uno de los que ha encabezado la vocería para impedir el aplazamiento de los controles políticos, también se mostró partidario de que se está perdiendo la independencia del Concejo.

“Consideró que la discusión actual del Concejo debería centrarse más en las funciones propias de la corporación como tal, siempre teniendo claro el sistema de pesos y contrapesos, sano para cualquier democracia. El control político es una herramienta importante que los secretarios deberían ver como aporte para su gestión administrativa y que la ciudadanía exige a diario”, sostuvo.

Entre tanto, los concejales Oliverio Castellanos y Nelly Patricia Santafé, quienes junto con Leonardo Jácome, César Arbey Torres, Carlos Abreo y Alexander Salazar, hacen parte del grupo que pedía no aplazar las citaciones, consideran que ha habido problemas de planeación por parte de la mesa directiva.

“Por qué la mesa directiva asume que los secretarios no están preparados para el control, cuando ningún secretario ha dicho eso. Están improvisando, no hay planeación. Todos los días quieren presentar una proposición nueva”, señaló Castellanos.

Lo cierto es que, por ahora, solo hasta el 31 de marzo se retomarían las convocatorias, con el llamado a control del secretario de Tránsito.

Efecto Ramiro

Además de que el Concejo de Cúcuta está hoy prácticamente paralizado, por cuanto la administración no ha presentado proyectos de acuerdo para que sean objeto de estudio y los controles políticos tampoco se están haciendo, en el ambiente está la percepción de que la influencia del exalcalde Ramiro Suárez Corzo se está volviendo a sentir en el cabildo.

Varios dirigentes consultados por La Opinión dentro y fuera de la corporación coincidieron en que el temor que existe es que los informes que deben entregar los secretarios de despacho al Concejo, dejen en evidencia las dificultades por las que atraviesa el municipio.

De ahí que, por intermedio de la mesa directiva, se estaría ejerciendo presión para que se posterguen los controles y los funcionarios no tengan que asistir, por ahora.

“La verdad es que al Concejo lo quieren manejar desde afuera como manejan la Alcaldía, para que sea un apéndice de la Alcaldía”, aseguró una fuente que conoce muy bien el movimiento alrededor de la administración municipal y quien consideró que con este aplazamiento ganó el grupo del exalcalde.

Y es que según varios concejales, como el conservador Leonardo Jácome, si bien los controles políticos se suelen hacer a mitad de año para darles un compás de ejecución a los secretarios, hay temas que preocupan y respaldan la urgencia de un control político a despachos como el de Hacienda, puesto que la misma corporación se comprometió a hacer un seguimiento constante al recaudo, el pago de acreencias, el manejo del déficit, entre otros temas.

En ese sentido, son varios los que  creen que la presión que se ejerció para el aplazamiento, no tiene otra explicación que la necesidad del ‘tapen, tapen’.

El presidente del Concejo, Nelson Ovalles, quien fue elegido por el mismo partido del alcalde César Rojas, y hace parte de la organización política del exmandatario Suárez, negó cualquier injerencia por parte de este último, en la decisión que se tomó el martes.

“Defiendo la autonomía del Concejo; es mi deber como presidente. A la fecha no he recibido una sola llamada del alcalde César Rojas, ni del exalcalde. Lo que recibí fue una solicitud del secretario de Tránsito, pidiendo una prórroga”, aseguró.

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Miércoles, 22 de Marzo de 2017
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