Los estudiantes de la Universidad George Washington, a pocas cuadras de la Casa Blanca, retomaron el atrio central y desafiaron la acción represiva de la Policía al izar con éxito una bandera gigante de Palestina.

Esta acción marcó el final de más de una semana de protestas continuas que se han extendido a más de 130 campus universitarios en todo Estados Unidos.

A pesar de las expectativas de que extremistas sionistas y otros individuos antisociales pudieran perturbar la protesta universitaria, ocurrió lo contrario.

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Miles de personas se congregaron, incluyendo ciudadanos, estudiantes, profesores y trabajadores, todos unidos en una cadena global de solidaridad con Palestina.

En la Universidad George Washington, los docentes y personal administrativo se han erigido como una muralla de protección en solidaridad con sus estudiantes.

Muchos de ellos han enfrentado suspensiones o despidos sin compensación, simplemente por expresar su respaldo a la causa palestina a través de publicaciones en redes sociales o por mostrar su apoyo a los estudiantes.

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En otros campus universitarios de Estados Unidos, prevalece la presencia policial y violentas defensas entre dichas autoridades y los jóvenes.

Además de reprimir los derechos constitucionales de los ciudadanos, el gobierno estadounidense ha emprendido una campaña para criminalizar cualquier crítica al sionismo y su ideología.