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Manifiesto estudiantil de 1948

Un grupo de universitarios liberales lanzó un manifiesto que hizo llegar a todos los estamentos políticos y sociales.

Como es usual, la preocupación que existía entre los estudiantes universitarios colombianos cuando se alejaban de su patria chica, más en épocas pretéritas, siempre pensando en el retorno para aplicar los conocimientos recibidos en las universidades, bien nacionales o extranjeras, para retribuir los esfuerzos puestos a sus órdenes, por sus familiares, quienes esperaban lideraran o tomaran parte de las actividades locales en busca de un mejorestar, término que se usaba por esos años, tanto para ellos como para la comunidad que los acompañaba. 

Por ese tiempo de mediados del siglo pasado, cuando predominaba en el ejercicio de la política, el partido conservador, un grupo de universitarios liberales encabezado por sus líderes Guillermo Vargas Villamizar, Pedro Ramón Díaz R. y Gonzalo Lamus Peralta, en representación de los muchos que estudiaban en la capital de la república, lanzaron un manifiesto que hicieron llegar a todos los estamentos políticos y sociales en un “esfuerzo enderezado a integrar el Departamento como un todo orgánico, a eliminar la pugnacidad regional que lo fracciona en diminutos sectores y entraba el desarrollo regional”.

Argumentaban que mientras la capital del departamento considere antagónicos sus intereses económicos y políticos respecto de otras ciudades, que mientras no se entienda que la trama de las relaciones económicas hace dependientes unas de otras las regiones y que mientras los prejuicios conserven vigencia será muy difícil avizorar la tierra prometida de la industrialización y la cultura.Así pues que basados en estos preceptos, decidieron lanzar un manifiesto, solicitando atención y vigilancia para el cumplimiento de su peticiones; plantearon una docena de puntos en los cuales decían que las fuerzas progresistas del Departamento debían aunar esfuerzos para obtener una economía más próspera y compleja y una cultura más amplia.

Con profunda fe en el porvenir de la región y en la fuerza creadora de su valiente y abnegado pueblo, estos fueron sus planteamientos:

1. Cumplimiento de la Ley 50 de 1945, mediante la cual se nacionalizaba  el Ferrocarril de Cúcuta. Se proyectaba así una efectiva salida al mar y se pretendía que Cúcuta tuviera las mismas condiciones que le fueron aprobadas a la ciudad de Cali para su salida al Pacífico. 

2. Apoyo de los Concejos Municipales a Gremios Unidos a condición que se estableciera la enseñanza gratuita a todos los estudiantes sin distinción de de colores políticos y al servicio de los sectores populares. 

3. Cumplimiento de la Ley sobre las Hidroeléctricas de Cúcuta y Pamplona para contribuir al florecimiento de la existente industria de tipo artesanal.

4. Construcción de las carreteras: Pamplona – Cucutilla y El Carmen – Brotaré – Ocaña y la terminación de la carretera que de Chinácota conduce a Toledo con penetración al Sarare, región de prometedor potencial económico. 

5. Constitución de cooperativas de municipios fronterizos para la prestación de servicios de higiene, salubridad y previsión sociales.

6. Estímulo oficial al establecimiento de la Bolsa de Divisas Extranjeras en la ciudad de Cúcuta, a fin de regular el mercado de bolívares. 

7.  Superación de la Casa de Cultura de Pamplona y la construcción y urbanización de una vía arteria en la misma ciudad como aporte al cuarto centenario de su fundación a celebrarse el año próximo.

8. Creación de la Biblioteca de Autores Nortesantandereanos, para divulgar a precios populares, el pensamiento de de nuestros valores autóctonos en historia, poesía, arte y literatura en general.

9. Creación de bibliotecas públicas en los municipios que carecen de ellas y ampliación de las existentes con miras a democratizar la cultura. 

10. Creación de Asambleas de Concejos Municipales y solicitar lo procedente del Congreso y del Gobierno Nacional. 

11. Establecimiento de la Cooperativa Fiquera en el municipio de Cucutilla para restaurar esa industria. 

12. Terminación de los edificios del Colegio Provincial y de la Escuela Normal Urbana de Varones Francisco de Paula Santander de la ciudad de Pamplona y los del colegio José Eusebio Caro de Ocaña, así como la dotación de los equipos técnicos de laboratorio, indispensables para el estudio de las Ciencias Naturales, la Física y la Química.

Termina el Manifiesto diciendo que “lo anteriormente puntualizado es de obvia conveniencia, de realización factible y desde luego, de competencia, bien de los Concejos Municipales bien del Congreso Nacional. 

Al hacer esta invitación a situar la lucha política en el plana de la inteligencia que el Norte necesita y merece, deseamos que estas ideas cristalicen en acuerdos, en acciones concretas y en solicitudes motivadas el Congreso con miras a la presente o la próxima legislatura.

Además de los representantes antes mencionados, firmaron la proclama Juan Parada Caicedo, Gustavo Villamizar, Rafael Gálvis Manosalva, Guillermo Mogollón, Gonzalo Cáceres, Francisco Valencia, Gustavo Ruiz, Luis Velandia, Francisco Antonio García, Luis Fernando Vivas, Antonio Camacho, Pedro Durán, José Eusebio Velandia y Rafael Uribe.

Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com

Viernes, 19 de Mayo de 2017
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