Con tan solo 2 años y nueve meses, Santiago Milán Smith Caicedo Avellaneda es un experto subiéndose en su mini bicicleta y pasando los obstáculos de la pista de BMX del barrio Cañofístolo. No piensa en jugar fútbol ni a los carritos, solo en seguir siendo un campeón en este deporte extremo.
A su corta edad ha cosechado cinco medallas en diferentes competiciones, las que muestra con orgullo. Explica, con una gran sonrisa, que tiene que bajar la cabeza para que se las pongan, cada vez que gana una competencia y sube al podio. Dos medallas que tiene son por ganar en ciclismo y tres en Bicicross.
En el pequeño Santi no existe el miedo. Las rectas, las curvas y los obstáculos de cada pista los supera con tanta práctica, que no necesita ayuda de nadie. Cuando requiere, usa sus pies como frenos. Cada vez que sube a la pista, utiliza todos los elementos de seguridad: casco, rodilleras, coderas, guantes, entre otros.
"Soy el campeón #1", "me gusta mucho la pista y no me da miedo", dice mientras toma agua en su tetero.
Esta habilidad la adquirió desde que su mamá, Astrid Avellaneda, le regaló una bicicleta cuando tenía año y medio. Desde entonces sorprendió a su familia cuando aprendió a manejarla sin ayuda de nadie. Esos fueron sus primeros pedalazos y desde entonces, se convirtió en un apasionado por el caballito de acero.
Su mamá, emocionada por ver el gusto y la pasión en su pequeñito, empezó a averiguar por una escuela en la que él pudiera explorar su talento. Fue así como lo inscribió en la Liga de Ciclismo de Norte de Santander y en el club Cúcuta Racing BMX.
La bicicleta que usa es especial para sus inicios en este deporte, por lo que no tiene frenos, por eso, Santi usas sus pies para bajar la velocidad. En eso, también es un experto.
Cuando tenga los 5 años tendrá que usar una bicicleta a su medida y con pedales. Ingresará a la categoría straider (niños en edades de 5 y 6 años).
El pasado domingo, este deportista extremo se coronó campeón en la Segunda Válida de la Copa Departamental de Bicicrós en la categoría minirider, donde hay niños de 2 y 3 años. Una vez más subió al podio y recibió su quinta medalla.
Su mamá, cada vez que compite, se convierte en su voz de aliento. "Eres un campeón", "vamos hijo, vas llegando a la meta", son las palabras que le repite una y otra vez mientras él hace el circuito.
El niño prodigio del BMX practica tres veces a la semana su deporte favorito y en las mañanas va a sus clases de pre jardín.
También le encanta reunirse con sus amiguitos y hacer un grupo musical. Él juega a tocar los instrumentos, mientras canta las canciones infantiles que se sabe.
Geraldine García / Q'hubo
