Todo parece indicar que la vía Cúcuta – Bucaramanga ya tiene definidas todas las modificaciones, en donde se procede a variar sustancialmente el cronograma de la obra inicialmente proyectada.
Esta vía fue definida como vital para la comunicación del oriente colombiano y como una oportunidad de acercar nuestro país a la vecina república de Venezuela. Somos concientes de que las condiciones con el vecino país no son las mejores, pero los tiempos cambian y ya vendrán oportunidades que se derivarán de un gobierno sensato que encuentre la importancia de esa comunicación binacional.
Así las cosas, estructurar la vía Cúcuta – Bucaramanga sobre un presupuesto precario, reduciendo sustancialmente sus dimensiones, es condenar a la región a que no salga de la precariedad en que ha estado sometida.
Desde el gobierno de Uribe se prometió la doble calzada y se había dicho que era por El Alto del Escorial; ya en las postrimerías de ese mandato, abruptamente anunció el ministro de entonces, Andrés Uriel Gallego, que la obra sería por el actual trazado, pero que mantendría las dimensiones inicialmente estipuladas, y que también se estudiaría la posibilidad de acometer la otra alternativa.
El actual gobierno continuó con el proyecto y alcanzó a construir 11 kilómetros de doble calzada, partiendo de Bucaramanga, y ahí paró todo. Ahora se ha anunciado que lo que harán será unos tramos de un carril adicional para adelantamiento y que el resto de la obra será de calzada simple.
No es justo con la región esta determinación, menos ahora que Cúcuta figura como la ciudad más deprimida del país. En estas condiciones, nunca será posible contar con verdaderas oportunidades de progreso y creemos que en justicia, el proyecto inicial se debe respetar.
Es necesario entonces producir la movilización de las entidades gubernamentales y gremiales para hacerle ver esta situación al gobierno nacional, de tal manera que sea posible conservar la aspiración inicialmente planteada.
No es equitativo que mientras a regiones como Antioquia, la Costa Atlántica y el Valle del Cauca se les han respetado los proyectos inicialmente concebidos, ahora se le salga al Oriente Colombiano con esta lamentable determinación.
