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Tragedias en La Guajira

La carencia de vivienda decente con servicios, especialmente de agua potable, es deprimente.

La Guajira es uno de los departamentos más pobres y abandonados del poder central del país. Situado al norte, en el límite con la república de Venezuela, diariamente, nos acongojan los informes de las televisoras, sobre la situación calamitosa de los niños que mueren permanentemente por desnutrición.

La carencia de vivienda decente con servicios, especialmente de agua potable, es deprimente. ¿Será posible que de las miles de casas gratuitas, que el Gobierno Nacional y, especialmente, el doctor Germán Vargas Lleras, vicepresidente de la República, le regalaron al país, una pequeñísima proporción, siquiera unas mil casitas, fueran para este abandonado territorio y su etnia wayuu, para remplazar tantas chozas de tablas, pisos de tierra y techos de paja?

Además el problema nutricional de su población, especialmente la infantil, es alarmante; es necesario que miles de toneladas de alimentos nutritivos, lentejas, garbanzos, fríjoles, alverjas, caraotas, harinas enriquecidas, de esas que años antes, repartía el Pina, posteriormente llamado, Instituto de Bienestar Familiar, sean enviadas periódicamente a tan sufrida población.

Y cualquier esfuerzo, que haga el Gobierno Nacional, para suministrarles algo de agua potable, es muy importante. Será necesario perforar más pozos, en busca del precioso líquido, y continuar mayúsculos esfuerzos, para tratar de llevar las aguas del río Ranchería, a la mayor cantidad de la abandonada población wayuu.

Muy importante también, es la construcción de vías de comunicación, para el fácil desplazamiento de sus habitantes, especialmente carreteras de penetración, a tan desoladas planicies; y más importante aún es, la construcción de puestos de salud y hospitales de primer y segundo nivel, con servicios médicos, odontológicos,  procedimientos de diagnósticos y suministro de medicamentos, como antiparasitarios, antipalúdicos, antianémicos, etcétera, que sean accesibles a toda la población.

Cualquier esfuerzo que nuestro gobierno haga para mejorar las deprimentes condiciones de vida de esta olvidada y pobre población, compatriota nuestra, redundará en beneficios para esta porción del territorio nacional; “patria del almirante José Prudencio Padilla, héroe de la Independencia, quien con su armada, derrotó en el Lago de Maracaibo, la armada española, después de una lucha que duró 242 días y culminó el 24 de julio de 1823, lo cual selló la independencia definitiva de la hermana república de Venezuela”.

“Después de la batalla naval, Bolívar lo llamó el Nelson colombiano, pero el general venezolano Mariano Montilla no le perdonó que una de sus mujeres, la Jarocha Juana Rodríguez, lo hubiera abandonado por seguir a Padilla, quien cobró venganza al apresarlo y enviarlo detenido a Bogotá, en mayo de 1828, donde lo acusaron injustamente de participar en la conspiración contra el general Bolívar, quien lo condenó cruel e injustamente a la pena de muerte, que se cumplió el 22 de octubre del mismo año. La Convención Granadina de 1832, lo eximió de los delitos de que fue acusado y rehabilitó su memoria.”

Martes, 20 de Diciembre de 2016
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