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Es la soledad el estado emocional que más está atacando a muchísimos hombres y mujeres.

A pesar de tantos avances tecnológicos para acercar a la gente y achicar las distancias, a pesar de los mil canales informativos y educativos  con que cuenta la humanidad para aprender, informarse o educarse, a pesar  de contar con las cien mil y una sectas, grupos religiosos e iglesias de todos los colores, olores y sabores, que garantizan esta vida y la otra… A pesar de todo, el hombre está mas solo en su propio mundo, más sumido en su pequeño espacio, sin importarle poco o nada lo que le ocurra a sus vecinos, asumiendo que con su propia cruz le basta y le sobra. A pocos, a muy pocos les importa las desgracias o sufrimientos de los demás, e incluso los progresos y triunfos de sus hermanos, familiares y amigos, es como si a la gran mayoría el bichito de la envidia, el desinterés o la apatía se los está comiendo por dentro.  Es la soledad el estado emocional que más está atacando a muchísimos hombres y mujeres, sin importar nada la edad ni la condición social, llevándolos a formar un semblante triste, de mal genio, apoderándose de un pensamiento disperso, con poca voluntad y capacidad de decisión…conduciéndolos a una Depresión que si no se trata adecuadamente lo puede mover a atentar contra sí mismo, y/o contra otros. Romper esas cadenas que nos ha puesto la sociedad y las que nos hemos puesto  nosotros mismos es una tarea que cada uno debe empezar ya, cambiando esa forma de ser tan egocéntrica que nos lleva a proyectar una imagen negra de nosotros mismos, dejando de creer en brujas pensando que usted es más que los demás, que es un sabelotodo, que siempre tiene la razón, que no acepta que la embarra, que se equivoca, que usted está por encima del bien y del mal, que no necesita de nada ni de nadie, que sus opiniones y procederes son los más correctos de su entorno, y que es el más honesto en su trabajo y el que más ayuda a los demás. Dejar tanta mentira, estupidez,  y simplificar la vida,  es el camino que vale la pena ir abriendo de verdad y a conciencia, y todo porque la vida es mucho más que todo ese auto-engaño en el  que nos metemos, y que con frecuencia no nos deja  dormir, ni gozar de una buena salud física y mental. Todos podemos hacer bastante para combatir esa amargura y aquellos estados emocionales malucos como la soledad y la depresión (propia y de muchos otros) si  desde el vecindario, en su hogar, en el trabajo, en la casa de sus suegros, en la calle, en la iglesia donde usted se congregue, en el centro comercial etc., de manera natural, honesta y  auténtica usted empieza a desprenderse de la cara de perro bravo que mantiene  a menudo,  si comienza a sonreír por donde camine, si da las gracias frecuentemente hasta por cosas insignificantes, si atiende con ganas a sus clientes o pacientes, si saluda con frecuencia a la gente a su paso (si le tildan de loco mejor), si se atreve a pedir disculpas cuando la embarra, si alaga con frecuencia a los demás aunque sea por pequeñas cosas que usted admire de  cualquier persona, si  pide favores sin pena ni miedo, si deja de ignorar o descalificar a las personas etc., etc.  Con todo ello, o con al menos algo de esto que usted y yo pongamos en práctica permanente, estaremos haciendo algo en favor nuestro y de otros semejantes. Lo importante es no cansarnos e incorporarlo en nuestro repertorio verbal y comportamental como algo importante que nos ayudará a dignificar la vida, convencidos de que este pequeño modelo para simplificarla, se puede volver viral y contagioso, y cada día sean más las personas que aprendemos a simplificar la vida, y dejar tantas complicaciones innecesarias para todo;  con ello estaremos demostrándole al país que en Cúcuta y Norte de Santander hay mucha gente linda, amable y de buen genio, que con sencillez y alegría sana por doquier, estamos humanizando nuestra convivencia. Muchas gracias   

Jueves, 27 de Abril de 2017
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