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Los tres tenores

Es probable que ahora sí se enfrente el problema de la corrupción con una acción unificada de tres voces potentes.

Yamid Amat Ruiz reunió a nuestros tres tenores del control público para tratar el más grave de los problemas colombianos: La Corrupción. Más grave que el fardo con el que cargamos los colombianos a nombre del paramilitarismo de las Farc, del Eln y del mismo régimen que vamos a perdonar y olvidar para lograr la Paz.

Al fiscal general de la Nación Néstor Humberto “Pavarotti” Martínez Neira, Al procurador general de la Nación  Fernando “Carreras” Carrillo Flórez y al sereno Edgardo “Plácido” Maya, Yamid les hizo cantar a cada uno  las arias y canciones  de su propio gusto para el cual fueron escogidos.

El fiscal general, con el carácter fuerte similar a la pureza de la voz d Pavarotti, advirtió y destapó algo que millones de colombianos de manera callada y resignada soportamos y vivimos: “que hay una dirigencia emergente cuyo ideario es la apropiación del patrimonio público. Tardíamente, pero institucionalmente reconocida la máxima autoridad que abre el camino al castigo del delincuente público, es un paso gigantesco a estas alturas del desvanecimiento de la democracia colombiana. Igual que el italiano, Martínez Neira le colocó musicalidad a la denuncia que hace estremecer a los corruptos, pues empezó con exministros y magnates del mundo financiero. Hay cierta estructura melódica tonal, cunado agrega, que la corrupción es un fenómeno que nos está expropiando la democracia.

En el mismo escenario de Yamid. Con la experiencia que ya traía desde la máxima expresión del control disciplinario, con la serenidad de Plácido Domingo, el ahora contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón,  unificó el tono contra la corrupción y expresó: “a los corruptos hay que imponerles todas las sanciones (las disciplinarias, las penales y las fiscales) y sobre todo las sanciones sociales”. Lo público es lo privado de los políticos. La corrupción debe, además, dejar de mirarse como un problema coyuntural, porque realmente es estructural.

Buena la observación de Maya Villazón, pues el indicador se orienta en el sentido de corrección desde el control regional de sus gerencias departamentales, convertidas como la de aquí en agencias de encubrimiento, del archivo y del engavetamiento, ejemplos que pululan al montón, para lograr una elección espuria, como en los comicios pasados. 

Finalmente, la aparición del tercer tenor, Carrillo Flórez concentra con sus experiencia sufridas y corridas al “alimón” en su paso por el Ministerio de Justicia y las fugas de Escobar, que el problema de la corrupción rodeó todos sus malestares padecidos en esas elevadas posiciones gubernamentales de los tiempos de Gaviria.  

El concierto de los tres tenores nos lleva a concluir que  es probable que ahora sí se enfrente el problema de la corrupción con una acción unificada de tres voces potentes. Quiera Dios que esta vez esa trinidad de hombres expertos, no los posea una emulación destructiva para ellos y para Colombia. Los protagonismos perdieron antes a Iguarán, a Montealegre, a Perdomo, a Ordoñez y a Sandra Morelli Rico.

Adenda: La gerencia de la CGR y su colegiada, ordenaron el  archivo de diligencias preliminares, con caudal probatorio suficiente para apertura de procesos de responsabilidad fiscal. Por ahí guardo las copias.

Miércoles, 25 de Enero de 2017
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