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La pesada cruz de la Guajira
La falta de rigor en el manejo de los asuntos públicos ha llevado a descalabros resonantes.
Sábado, 25 de Febrero de 2017

Mientras la sal de la Guajira ha preservado la consolidación de su alta pureza, sus dirigentes se han degradado tanto hasta el punto de convertir la corrupción en un modo de vida con toda la desfachatez   a que lleva la falta de pudor. Son los protagonistas de una crisis que incluye como prácticas corriente el homicidio, el fraude electoral, el enriquecimiento ilícito, el abuso de poder en todas sus formas y muchas otras conductas punibles, con propensión al menosprecio de la vida y el ultraje a los valores que le dan dignidad al ser humano.  Es la negación rotunda de principios éticos para evitar estorbos. El balance de semejante  derrumbamiento  no puede ser más deplorable. Tiene niveles de emergencia, pues muchos de los dirigentes que llegaron a cargos de elección popular están tras las rejas, condenados o investigados por presuntos manejos dolosos en el desempeño de sus cargos.

En toda esa maraña de corrupción y desatinos aparece seriamente comprometido el Partido Cambio Radical por haber entregado avales a los ahora judicializados. Fue una feria de complacencias, sin controles, siempre bajo el atractivo electorero sin importar la calidad de los nominados para las funciones de gobierno o de poder en la región.

Pero el despelote de la Guajira tiene réplica en todo el país. Es el desbordamiento de la corrupción, a partir de la laxitud de las colectividades partidistas en la selección de sus candidatos a los cargos de elección popular.  Se entregan avales con la mira puesta en la calculada trampa cuando se alcance el botín del poder.

Y mientras se amplifican los discursos de lucha contra la corrupción y se hacen señalamientos de alto impacto se siguen consintiendo a los artífices de comprobados descalabros. La justicia se quedó corta en investigaciones respecto al detrimento patrimonial en muchas de las entidades. Y además, aspirantes a los máximos cargos del Estado se alían o le coquetean a reconocidos personajes de cuestionables antecedentes, como si eso fuera inocuo.

La falta de rigor en el manejo de los asuntos públicos ha llevado a descalabros resonantes no solo en la Guajira sino en todo el país. 

No son pocos los elegidos a los cargos de poder comprometidos en los manejos irregulares o desastrosos del poder. Cuando por alguna excepción son tocados por la justicia o los órganos de control se consideran víctimas de persecución.

También se cae en desvíos de sesgos o abusos como los consintió Alejandro Ordóñez cuando fue Procurador General de la Nación.

La conclusión es que los graves indicadores de la Guajira tienen réplica constante en el país y su contundencia es mayúscula. Un mal que exige tratamiento a fondo, como se hizo para la desmovilización de las Farc.

Puntada

Los premios de poesía y cuento Eduardo Cote Lamus y Jorge Gaitán Durán patrocinados por la Gobernación de Norte Santander constituyen un positivo aporte a la cultura. Hacen posible la visibilidad de obras de calidad en los dos géneros literarios. En la versión 2016 se consagraron Robinson Quintero Ossa con el libro de poesía El  poeta da una vuelta a su casa y Diego Niño Robles con su obra de cuentos La noche es una  niña traviesa.

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