El escándalo descomunal que afronta la administración Santos o, concretamente quien la preside, era impensable hace algunos meses cuando el Presidente vivía momentos de gloria, luego de que el Comité Nobel Noruego le confiriera el Nobel de la Paz; porque lo sucedido luego, como el desconocimiento del triunfo obtenido en el “plebiscito por la paz” del 02 de octubre de 2016, cuyos Acuerdos firmara después en el emblemático Teatro Colón, en Bogotá, el 24 de noviembre de 2016, y el escándalo de corrupción de Odebrecht, que salpica sus dos campañas presidenciales, dieron al traste con esa gloria.
Los opositores del presidente Santos nunca estuvieron de acuerdo con la concesión del galardón Nobel de la Paz, pero hoy, seguramente están dichosos, porque a la entrega del galardón -independientemente de si fue comprado o no, como se ha sugerido- el escándalo de Odebrecht, donde él es figura central, ocupa páginas de los periódicos y suscita acaloradas discusiones en tertuliaderos y mancha la imagen del Presidente.
Que este escándalo que destapó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, donde también llegaron los tentáculos de la empresa brasileña y que en Colombia permeó la dos campañas presidenciales del presidente Santos -2010 y 2014-, haya sido tan seguido al otorgamiento del Nobel de la Paz a nuestro querido Presidente, indiscutiblemente le resta aureola y prestigio al beneficiario.
Ahora el presidente Santos le solicita al ministro Juan Fernando Cristo que investigue en el Consejo Nacional Electoral, entidad oficial ante quien se presentan las cuentas de las campañas, “si es posible levantar la caducidad” para investigar su campaña del 2010, restándole importancia a la del 2014.
Lo cierto es que Santos nos cree zonzos, porque la caducidad es un hecho respecto a la campaña del 2010 y ello impide el ejercicio de la acción y, además, ¿por qué tiene que enviar a Cristo a hacer mandados si en la Presidencia está la Oficina Jurídica?
Ahora se sabe que la campaña presidencial de Santos de 2014 también recibió dineros indebidos (www.eltiempo.com/.../campana...santos...2014...recibido-dineros-de-odebrecht/16813...); entonces, ¿por qué el Presidente no permite esa investigación a la que le falta poco más de dos meses para que se presente la caducidad de la acción: tres meses después de la elección, que fue el 15 de junio de 2014.
Sería triste para los colombianos que si a estas alturas del partido no se puede intentar ninguna acción contra la campaña del candidato Santos del 2010, a sabiendas de que a esa campaña entraron dineros indebidos, como lo reconoció el mismo Presidente, éste termine siendo algo así como un “honorable prescrito”, o mejor, una persona honorable por prescripción. Él no merece que el título sea por este camino, sino demostrar que realmente es honorable.
