La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Fidel, el revolucionario que se enfrentó al mundo
Con el transcurrir de los años, Fidel Castro, comprendió que la lucha armada no era el camino, y así se lo hizo saber a la guerrilla.
Sábado, 10 de Diciembre de 2016

Al conocerse el final de su existencia, vinieron a nuestra memoria muchos aspectos de su influencia en América Latina y particularmente, en nuestro país. Es innegable que la revolución cubana, afectó, en grado sumo, la vida política de Colombia.

La caída del dictador Fulgencio Batista, en Cuba, el primero de enero de 1.959, no solo fue recibido con inmensa alegría por la mayoría de habitantes de la Isla, sino por la mayoría de países suramericanos, que veían en el presidente derrotado, a un bárbaro dictador, que al lado de otros como José Leonidas Trujillo, Marcos Pérez Jiménez y Juan Domingo Perón, desconocieron durante sus mandatos todo vestigio de democracia y de respeto por los derechos humanos.

Entre nosotros, el naciente movimiento de tendencia izquierdista, MRL, dirigido por el hoy expresidente fallecido, Alfonso López Michelsen, tenía como ideario político, el apoyo a la revolución socialista cubana. Esta que nació en un ambiente de aparente paz y reconciliación, empezó a tener problemas con el uso del “paredón”, al cual llevaron a los contrarrevolucionarios que no compartían del todo la implantación del régimen comunista, la aplicación extrema de las teorías marxistas del centralismo democrático y del partido único. También hubo hechos notoriamente destacables como los avances sociales en temas como la igualdad, la salud y la educación.

Ilusionados con los logros iniciales de la revolución cubana, a jóvenes nuestros les dio por imitarla pretendiendo con ello combatir las injusticias sociales. Las Farc, el Eln y el M19, creyeron que, al igual a lo ocurrido en Cuba, podrían derrotar al Gobierno e imponer un régimen comunista. Esas pretensiones se fueron desvaneciendo con el paso del tiempo. Aquí no existió la opción real de tomarse el poder por las armas.

El inicio del secuestro de aeronaves con destino a Cuba, en una de las cuales iba el entonces canciller, Julio Cesar Turbay Ayala, dio lugar a que el Gobierno de Alberto Lleras Camargo, rompiera relaciones con la Isla.

Con el tiempo desaparecieron los secuestros. La actividad del régimen se redujo a recibir secuestradores, pero contando con el visto bueno del Gobierno Nacional, como en el caso de la toma de la embajada de la República Dominicana en 1980, para facilitar la liberación de los rehenes.

Con el transcurrir de los años, Fidel Castro, comprendió que la lucha armada no era el camino, y así se lo hizo saber a la guerrilla.

A partir de esa nueva actitud, contribuyó a consolidar procesos de paz con todos los alzados en armas, desde el gobierno de Belisario Betancourt, hasta el de Juan Manuel Santos. Fueron los pros y los contras que marcaron la vida de este excepcional revolucionario que acaba de entrar, no obstante los cuestionamientos que puedan hacérsele por haber pretendido perpetuarse en el poder, al universo de los grandes personajes que hicieron historia en el mundo.

Temas del Día