La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

El renacimiento del racionalismo

Se habla del regreso de la derecha a Suramérica o la resurrección del socialismo en Europa.

Se tiende a pensar que la historia se repite y que casi se pueden establecer ciclos, como sucede en la economía. Se habla del regreso de la derecha a Suramérica o la resurrección del socialismo en Europa.

Pero eso no es estrictamente cierto, pues en cada época hay realidades particulares que antes no se tuvieron; la historia también evoluciona, de tal forma que se forma una especie de espiral involutiva, donde en cada época la libertad de maniobra se reduce. Por eso aplicar modelos socio-económicos, sea el califato del siglo X o el estalinismo del XX o el imperialismo británico del siglo XIX, es una muestra de irracionalidad.

Algunos daticos nos servirán de referencia. En el siglo X cuando hoy surgió el califato que hoy reclama el DAESH, la población mundial se estimaba en 310 millones de habitantes, en 1915 en la revolución bolchevique el mundo giraba con 1.800 millones de habitantes abordo, hoy somos casi 7.500 millones de habitantes y serán cerca de 12.300 millones a fines del siglo XXI.

A principios del siglo XX Colombia era un país rural, en 1964 cuando se crearon las farc, el 47% del país era rural y a hoy se estima que el país rural es solo un 15%. Hoy el gran reto son las grandes áreas metropolitanas y no el mundo rural, como lo era en 1964.

El calentamiento global producido por el cambio climático se aceleró en lo que va del siglo XXI y el mundo hoy se haya obligado a una restricción profunda de los gases efecto invernadero, producidos principalmente por la combustión de hidrocarburos, so pena de poner en riesgo la subsistencia de la especie humana.

Estamos obligados a restringir de manera severa las fuentes de energía en que se basó la revolución industrial: carbón, petróleo e incluso gas natural. Eso es nuevo y muchos aún hoy lo niegan desde una visión ideológica.

La superpoblación mundial nos lleva también hoy a convertirnos en el principal riesgo al equilibrio natural, amenazando “reinos” vivos, como los virus. que existían muchos millones de años antes que esa especie de mamífero con forma de marsupial que sobrevivió a los dinosaurios y nuestro antepasado más lejano,  que se sienten obligados a defenderse de esa “nueva plaga animal” amenazándonos con un virus letal de transmisión aérea que diezme la especie. El absoluto irrespeto de la especie humana por el mundo natural, en nuestra creencia egocentrista de única especie dominante nos tiene ad portas del punto de no retorno.

Desde el punto de vista geopolítico hoy estamos en el mundo multipolar más extenso de la historia. Una Europa perdiendo importancia frente a una creciente Asia rica, de la mano de China, es algo nuevo que tiene a los europeos en posición negacionista y dando bandazos.

El desarrollo de las tecnologías de información y comunicaciones está reventando el antiguo orden social y la restricción de derechos civiles en nombre de la seguridad, es una constante en casi todo el mundo. La fusión de tecnologías como las de información, nanotecnología, materiales e inteligencia artificial y robótica plantean riesgos éticos del mayor alcance, que el mundo no ha valorado adecuadamente.

Debemos resolver paradojas como que para mantener nuestro estado de bienestar necesitamos más población joven, cuando la esperanza de vida se alarga hasta los 80 años, pero ello implica aumentar la superpoblación con los riesgos ya vistos. Estamos en el inicio la sexta extinción masiva de especies, fenómeno nunca vito en la historia del hombre.

Seguimos basando nuestro desarrollo en la energía, pero no hemos encontrado sustituto económicamente sostenible a los hidrocarburos. Necesitamos una nueva definición de la economía de mercado restringiendo el capital especulativo, responsable de la última gran recesión. Todo ello lleva a la crisis actual de los modelos de estado nacional, que hoy enfrenta los ciudadanos con sus gobiernos. La recesión continua atrae los fantasmas de separatismos y xenofobias y no se encuentra salida seria a la crisis crónica.

Hoy no es lo mismo que ayer. O como dijo el poeta: “ayer es nunca jamás”. La aridez en la producción de líderes que se observó en la elección presidencial de los Estados Unidos, obliga a la búsqueda de nuevos liderazgos basados en la razón y no en irracionales utopías, que avancen con la historia para que no nos quieran devolver a modelos de laissez-faire o colectivismo estalinista que aún subsiste en la isla jurásica política de Cuba con contagio a Venezuela y que no se designen “elegidos” que en nombre de grandes ideales no consultan la voluntad popular.

El fundamentalismo político o religioso es la negación de lo racional. Es hora de más participación social, no de menos; de menos ideología y más ciencia; de modelos de restricción de poder (institucionalidad) y no de líderes mesiánicos; de menos mitos y más realidades. La alternativa es pasar el punto de no retorno discutiendo de la validez de califas y camaradas, como si el mundo no hubiera cambiado. Colombia es hoy más riesgosa en todo sentido porque la agenda de paz nos ideologizó y mamertizo los grandes temas. Hoy opinan de transporte urbano derechistas e izquierdistas y no estadistas apoyados en científicos. Santos ya tiene el Nobel y nosotros más subdesarrollo.

Viernes, 11 de Noviembre de 2016
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día