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El encuentro con Trump, un breve saludo

El oso de los expresidentes, es de tal magnitud, que no tiene antecedentes en los anales de nuestra diplomacia.

El encuentro entre los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, con el presidente Donald Trump, en el club privado de Mar Lago, donde el mandatario tiene una residencia, fue simplemente ocasional, provocado por los exmandatarios colombianos, quienes se hicieron invitar por un miembro del club, que también cuenta con una casa campestre dentro del mismo resort. 

Uribe y Pastrana, estaban enterados de que Trump, desde cuando asumió la presidencia, ha viajado todos los fines de semana a su residencia de descanso, ubicada en el famoso club de la Florida. Conocida esa información se valieron del socio, amigo de Pastrana, para entrar al club, invitados por él, a departir los tres, en una mesa estratégica, ubicada en un lugar por donde, forzosamente, tendría que pasar Trump, con destino al comedor principal del club. 

Al darse la ocasión, el socio invitante, se dirigió a Trump, para saludarlo y, a la vez, presentarle a sus dos invitados. Según Sara Huckabee, portavoz de relaciones públicas del mandatario, el encuentro solo habría sido un “breve saludo”, en el que la fotografía insinuada por uno de ellos, fue desautorizada por el Sr. Presidente, dada la ausencia de carácter oficial del momento. “No fue más que un rápido hola “, dijo la funcionaria a la agencia McClatchy . 

Lo sorprendente de todo esto, es que, una semana después del fugaz encuentro, Pastrana, publicó un trino agradeciéndole a Trump, su “franca, amistosa y cordial conversación sobre los problemas de Colombia y de la región”, para hacer creer que el encuentro había sido la consecuencia de una reunión previamente acordada para tratar los urgentes problemas del país. 

El expresidente Uribe, por su parte se limitó a señalar que la reunión se había dado por una “invitación de terceros” señalando que, en lo esencial se trató de “un interesante encuentro social” .Quienes se imaginaron que el intermediario para la supuesta “invitación de terceros”, había sido el senador republicano Marcos Rubio, le preguntaron al respecto, respondiéndoles que “nada había tenido que ver con esa supuesta reunión”. 

Encuentros como el mencionado con Trump, son de carácter rutinario, dada la costumbre de pasar los fines de semana en Mar Lago, donde suele mezclarse regularmente con otros socios. 

El oso de los expresidentes, es de tal magnitud, que no tiene antecedentes en los anales de nuestra diplomacia. El ridículo más grande fue el de Pastrana, quien pretendió engañar al país, inventando una inexistente reunión oficial, de algo que apenas tuvo la fugaz connotación de un rápido ¡hola!

Sábado, 29 de Abril de 2017
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