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El ambiente: menos de medio

Así que los destripadores del ecosistema, hacen de las suyas gozando de tranquilidad y obteniendo siniestros beneficios.

El medio ambiente le está pasando una cuenta de cobro muy alta al país, como consecuencia de su abandono, de la irresponsabilidad para asumir compromisos y de la cultura del despilfarro, de la contaminación y del abuso.

Medellín, ciudad admirada por su desarrollo y por la capacidad de ejecutar grandes obras como ninguna otra, se le olvidó que había que cuidar el medio ambiente y ya la contaminación la invade, la corroe y la asfixia. Esa belleza representada en sus avenidas, en sus edificios, en su sistema de Metro, en sus montañas, no es fácilmente apreciable porque una capa gris se extiende por el valle de Aburrá y no solo el espectro de la visión se limita, sino que trae y estanca allí una marea de partículas contaminantes, que son las que expiden las chimeneas de las industrias, los motores de los vehículos y las basuras. 

Esa nube negra que oscurece el panorama, trae también elementos dañinos que alteran la epidermis, obstruyen los pulmones, perturban la visión y degeneran en otras patologías agobiantes. Este flagelo de Medellín, pronto se verá replicado en el resto de capitales, porque no es otra cosa que el destino inexorable a que están signadas.

Pero ahora nos dicen los expertos, que los nevados, fábricas de agua, se están acabando; que a la Sierra Nevada de Santa Marta ya solo le resta el 8% y que en un poco más de 20 años ya no tendremos esas nieves perpetuas que han caracterizado a nuestras altas montañas.

Y lo mismo ocurre con los lagos y lagunas, y con los humedales, en donde la codicia por la tierra los hace estrechar hasta su desaparición. Y ni hablar de las quebradas y los ríos y de los bosques, todo convertido en un objetivo de los brutales depredadores.

Estamos en una situación caótica, consumiendo los restos de un medio ambiente privilegiado que nos correspondió por escenario de la vida, en donde no es posible darnos cuenta de la cuota de responsabilidad que hemos tenido en ese lastimoso deterioro. Nos pusimos a crear autoridades ambientales con más fachada que compromiso y la politiquería reinante ha hecho de las suyas al darse cuenta de que los recursos del medio ambiente constituyen un jugoso botín. 

¿Hasta cuándo? Nadie parece hacerse esa pregunta, y por lo tanto la respuesta no está a la vista, así que los destripadores del ecosistema, hacen de las suyas gozando de tranquilidad y obteniendo siniestros beneficios.

Jueves, 30 de Marzo de 2017
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