Coinciden históricamente varias circunstancias que resulta importante identificar en la disputa que desde hace ya varios meses se viene presentando entre el GOBIERNO y FEDEGAN. Me referiré a dos que a mi juicio protagonizan esos episodios. De un lado están las conversaciones ya de por si prolongadas que se vienen adelantando en La Habana y que no terminan para nada por convencer a la opinión pública nacional, a pesar de contar con un inmenso aval parlamentario que tal y como lo muestran las encuestas, solo ha servido para tener “vitrina” y aceptación en el exterior. No está por demás destacar la importancia de lo que allí se teje en materia política, social y económica, sin embargo y a pesar de que es el empresarismo agropecuario y particularmente el ganadero uno de los más afectados, es claro que las demás expresiones del aparataje productivo nacional en riesgo, han dejado solo al sector ganadero con José Félix Lafaurie a la cabeza.
Ahora bien, del otro lado está el necesario y creo yo aplazado análisis que sobre la actividad sectorial ganadera se debe dar, sobre todo en el marco de lo que sin lugar a dudas partió en dos la historia de FEDEGAN y de contera la de la ganadería nacional; me refiero al FONDO NACIONAL DEL GANADO de quien FRIOGAN no solo es su hijo predilecto, sino que como algunos críos en problemas, pudiese arrastrar a su progenitor a la liquidación. La Superintendencia de Sociedades tiene la última palabra.
Curioso resulta que los bandos en contienda, soslayen el verdadero fondo del asunto de sus propios intereses. En la esquina del gobierno se esgrimen razones absolutamente técnicas y administrativas para quitarnos a los ganaderos el manejo del que por ley y hasta “genético“, debemos tener de los recursos derivados de la parafiscalidad ganadera. Para ello esgrimen entre otros argumentos, las dificultades económicas que FRIOGAN atraviesa, lo terciado de las cláusulas del contrato de administración del FNG e inclusive un manejo abusivo por parte de FEDEGAN en la comercialización de la vacuna anti Aftosa. Habrá que recordar que el Ministro de Agricultura es el presidente de la junta directiva del FNG, lo que lo haría cómplice de esos desafueros. En la esquina gremial, se advierte la presencia de una clarísima censura y retaliación a la posición atípica, asumida por un gremio, en este caso FEDEGAN en el marco de las conversaciones en La Habana.
Coinciden pues, dos posturas a saber: la primera tiene que ver con los riesgos a que se somete la Colombia democrática a manos de un grupo insurgente que usufructúa con mano sabia de los horrores de la guerra y la otra no tan trascendental como la primera, pero bien importante y es la necesidad de un “pare” reflexivo y abierto sobre el estado gremial de una Federación que como FEDEGAN ha sabido soportar las más difíciles crisis, incluida la muerte violenta de muchos de sus líderes.
Unos y otros reclaman tener la razón. Nosotros entre tanto en el Gran Santander Ganadero – COGANOR y FEDEGASAN – proponemos como urgente la convocatoria a un Congreso Nacional Ganadero Extraordinario que evite entre otros riesgos, lamentables divisiones. Seguramente allí no se resolverá el tema de La Habana, pero si se adelantará una cita que la ganadería nacional estaba pidiendo a gritos.
A propósito Ministro, usted allí también vota pero como ganadero productor de leche…..o no está asociado?
