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Cambiemos el chip

Cambiará Colombia porque ya a propios y extraños no nos producirá miedo ni zozobra estar aquí.

La época que estamos viviendo, está haciendo que cada vez el hombre este más solo en su propio mundo, más aislado y sumido en sus empeños, en sus metas e ideales, sin importarle nada o casi nada sus semejantes, ni a quien se lleve por delante; nos hemos convertido en piezas locas que caminan cada una por su lado, abriéndose paso a codazos a como dé lugar para lograr sus mezquinos propósitos. Interesarnos por el otro de manera positiva pocón pocón, casi que ni por la familia, y si algunos  lo hacen, se fijan es en lo económico, cómo solventarlos con cosas materiales para calmar su conciencia.  Muy pocos son los que entienden que lo que más necesitan los seres queridos, es su visita, su llamada, sus caricias, sus palabras de apoyo, de aliento y compañía, sin tanto afán ni por salir del paso.  Pareciera que la soledad es el estado emocional que más está atacando a la mayoría de hombres y mujeres actualmente, sin importar la edad ni la condición social,  llevándolos a un estado de ánimo triste,  deprimido, de mal  genio, con un pensamiento disperso, con poca voluntad e incapacidad de decisión, los cuales a veces los arrastra al suicidio.   En el afán de tener, tener y seguir teniendo para amasar  y  amasar fortuna, mucha gente va desarrollando sus ambiciones desaforadas, pasando por la avaricia y llegando a la codicia, entendida como una psicopatología igual a la que sufren nuestros políticos narcisos, que han desangrado el país de manera inclemente, al punto que en los últimos 24 años  los 5 presidentes que han habido, se han robado 425 billones de pesos, dinero con el cual se hubieran solucionado todos los problemas de infraestructura y salud  que tiene el país. Ni qué pensar de todo lo que se han sustraído los ministros, congresistas, diputados, concejales y empleados públicos del orden nacional, departamental y municipal, durante  ese mismo tiempo en toda la Nación? Colombia merece una urgente revolución educativa que forme en valores a todas las esferas de la sociedad, empezando por los docentes y padres de familia, de manera que cambien sus actitudes hacia la vida, el prójimo, hacia el dinero, la amistad,  la familia etcétera.  Esta labor debe empezar lo antes posible, y así seguir esta educación en todas las escuelas, colegios, institutos técnicos, cárceles y universidades del orden público y privado de todos los rincones del país  a nivel de primaria, bachillerato y de educación superior,  por todo el tiempo que dure Colombia en pie.  Solo así, al corto plazo podríamos esperar una disminución de la corrupción política administrativa, y una convivencia social menos hostil y cruel entre todos los colombianos, que al paso va a ir disminuyendo el resentimiento  de mucha gente víctima de tanta violencia vivida, los problemas de miseria, de inseguridad, de servicios públicos etcétera, también se irán superando.  

Cambiando el chip cambiará la vida de los colombianos, cambiará Colombia porque ya a propios y extraños no nos producirá miedo ni zozobra estar aquí, cambiará la convivencia en todo sentido, el trabajo abundará, y  cada colombiano tendrá verdadero sentido de pertenencia por su empresa y por su país, el imperio de los antivalores caerá para siempre como el imperio Romano,  y todos seremos guardianes cívicos para que nada ni nadie nos quite la paz verdadera que podemos lograr.  Y los que no quieran cambiar el chip, sea quien sea, deberán ser enviados a la cárcel sin consuelo, sin clemencia ni piedad por un buen tiempo, hasta que mejoren los signos y síntomas de sus enfermedades mentales.  ¡Muchas Gracias! 

Martes, 28 de Marzo de 2017
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